Un tazón de chocolate caliente

Me gusta el chocolate a la taza, en tableta, con churros, con pan tostado, con bollo suizo, con curasán, por la mañana, por la tarde y por la noche.
Alrededor de una tazón de chocolate caliente las historias y los relatos toman forma, color, olor, sabor, y los cuentos resultan extraños a veces, otras cercanos.
El aroma del chocolate envuelve el ambiente y lo convierte en espectáculo y cuando suena el tercer aviso se levanta el telón y comienza la función.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

MI CUMPLEAÑOS


Cuando tenía catorce años pensaba que a los veinte no llegaría, pero pasaron los treinta, jamás pensé llegar a los cuarenta, cuando cumplí cincuenta me di cuenta que era una superviviente, muchos se habían quedado en el camino. Ahora ya no pienso nada sobre la edad porque la edad no existe, porque el tiempo es un invento que se le ocurrió a alguien para contar las noches de luna y diferenciar las noches de los días o simplemente porque se divertía haciendo rabiar a su madre.
No sé por qué me gusta mi cumpleaños, quizás ¿por que por un día dejo de ser invisible?, o ¿por que me hacen regalos?

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